Es normal que exista la necesidad de
exigirse uno mismo, un poco más de esfuerzo para ser mejor en las actividades que
nos planteamos en la vida, no solo para obtener lo mejor de uno, sino también
para nuestros familiares, tomándose en cuenta los logros que son ejemplo para
los demás, por lo tanto, no hay que dejar de pensar que todos los excesos son
dañinos, hasta para aquellos que lo plantean como una solución. Esto trae como
consecuencia la falta de claridad en lo que se quiere en la vida y empeora la
situación la falta de honestidad para lograr lo que realmente se deseas
alcanzar como meta asumida, pero en estos momentos lo podemos visualizar en los
atletas que están compitiendo en las olimpiadas en Brasil, para obtener a nivel
deportivo, no solo la medalla que se otorga por el esfuerzo, sino para cumplir
con un objetivo que se ha trazado y es por eso que hay que tener claridad en lo
que se quiere y honestidad para que nadie lo cuestione. Esto no permite ser
permeable, en ninguno de los casos, cuando se quiere disfrazar con lo cotidiano,
no hay posibilidad de ligarlo con la ambición y mucho menos con el
individualismo. Hay que proponerse metas y lograrlas una por una, es como
realizar una pruebe de saltos altos, el primer intento lo realiza con duda y se
falla inevitablemente, pero con perseverancia y una buena técnica aplicada,
como lo es, el método de ensayo y error, logras saltar el obstáculo que tengas
a tu alrededor y así obtienes resultados favorables. En sentido comunicacional
un periodista o comunicador social, no puede pensar en pequeños logros, eso
limita la poca o ninguna cantidad de receptores, pero cuando lo realizas a grandes
escalas, así el resultado lo será también.
Estos receptores comienzan a interesarse
en el trabajo comunicacional que se le está aportando, si se realiza un trabajo
político para un grupo pequeño, las posibilidades de fracasar son del 75% o más
y empeora si no hay honestidad, resistencia, dedicación y claridad para llegar
a la meta que se ha querido alcanzar. No es honesto engañar a los que te
rodean, eso crea una atmósfera de desconfianza, y por lo tanto, solo vas a conseguir
desconfianza al llegar a la meta ¿siembra olivos y esperas cosechar tomates? Desde
luego que no, esa actitud provoca un aislamiento total a la hora de no cumplir
con los objetivos que les proporcionen a la mayoría un mejor bienestar. Hay
compatriotas que padecen de diferentes problemas de discapacidad y muchos se quejan
de su condición y otros que los rechazan abiertamente, si son deportistas
paralímpicos, también son atropellados
por los excluyentes, sin importar el sacrificio que este deportista puedo
invertir para lograr las condiciones físicas, estos sueños están a merced de
una firma o de un movimiento de cabeza negándosele las posibilidades de cumplir
sus metas, es por eso que cuando se les niega la oportunidad de representar a
su país en estos eventos, muchos se deprimen de tal forma que desean no haber
estado nunca a merced de la decisión de unos ineptos políticos que solo piensan
en su beneficio económico personal y no en el beneficio colectivo. Son dos
consecuencias que esto conlleva a la aptitud y la actitud, es decir, que la
aptitud de un político enano de conciencia no permitirá que la actitud del
deportista que nos represente con sentido nacionalista y patriótico, este
siempre consecuente con la causa, y es por eso, que hay que revuelve los
archivos de la historia contemporánea de Venezuela para que puedas sacar de
ellos tus propias conclusiones, tanto a nivel deportivo como a nivel político y
es por eso que, solo es cosa de actitud política y aptitud deportiva y nada
más.