Existen muchos venezolanos que les parece
fastidioso recordar cómo era su país cuando eran jóvenes, donde salían
titulares de prensa escrita de las agresiones que nuestros padres o abuelos
sufrían por la falta de políticas gubernamentales y conductas apropiadas de los
representantes del pueblo que estuviesen a la altura de sus responsabilidades.
La historia se repite pero con diferentes
actores y se trata del caso del avión Airbus, modelo A317CJ de fabricación
francesa, comprado por el estado venezolano con un costo de ($65 millones de
dólares en el año 2002), para el uso del presidente de la república Hugo Chávez
(1954 – 2013).
El motivo de esta adquisición, era para ese
momento, la edad que tenía el avión presidencial apodado “Camastrón”, un Boeing
737 serie 200 diseñado para vuelos cortos y medios, el cual fue destinado para
que el mandatario presidencial y su comitiva desde 1976 hasta el 2002 estuvo en uso, su
costo fue de ($2.600 millones de dólares en el año 1976).
Para el 16 de marzo de 1976 fallece
trágicamente en un accidente aéreo en el pico Naiguatá situado en el parque
nacional El Ávila (guarairarepano) en la Guaira, hoy estado Vargas, donde
viajaba en un Cessna 310, que había despegado del aeropuerto Simón Bolívar en
Maiquetía, hoy estado Vargas, Renny Ottolina, quien era opositor al presidente
en ejercicio Carlos Andrés Pérez (1922 – 2010).
Ahora bien, no es malo hacer
retrospecciones de vez en cuando, ésta refresca detalles dejándose ver, el
camino de dónde venimos y para donde vamos, el caso del accidente de Renny Ottolina,
nada quedo claro, siempre hubo un manto misterioso que a medida que fue pasando
el tiempo quedo como un accidente, pero la trayectoria política de Ottolina y
de Pérez deja la duda que ahora la podemos sentir en el caso del Airbus
francés.
No hay bola de cristal para ver la mano
peluda que quiere provocar una situación muy parecida a la antes referida, hay
que hacer como los suricatos, que mientras la manada come, hay uno pendiente de
los depredadores que siempre están al asecho, pero en este caso, no es una
manada, sino una jauría internacional que ha recibido instrucciones y dinero,
para que por una falla del avión lo derribara y de esa manera quedaría como un
accidente y el imperio norteamericano y sus lacayos quedarían sin la piedra en
el zapato y mucho menos aparecerán como culpables de tan aberrante hecho.
Las similitudes del caso Ottolina y de
Maduro es de poca diferencia, solo que el resultado no dio igual, pero llama
mucho la atención que la oposición provoco un tsunami en la Web y en las redes
sociales, preguntando por qué el avión presidencial no fue utilizado, y a la
vez, evitaron que Maduro no estuviera a la reunión en la Organización de
Naciones Unidas (ONU), después de haber terminado la visita a China y conversar
con su homologo Xi Jinping.
Pero deja también en la atmosfera política
mundial, el desagradable sabor de no poder ver y oír el mensaje del presidente
Nicolás Maduro en la reunión número 68° de la ONU, donde se esperaba ver la
arremetida de uno de los países más importantes a nivel energético en el
planeta y sus movimientos sociales que lo acompañan y se esperaba por parte de
este mandatario la arrancada de antifaces y caretas de los guerrerista,
imperialistas y a sus aliados para desconocer con tanto descaro y desfachatez
las verdades y las obligaciones que no mantienen, con respecto a las soberanías
de las naciones y hasta la privacidad de las comunicaciones los gobernantes en
sus propios países.
La alegría de los opositores venezolanos
por la ausencia de Maduro en la ONU, era de oreja a oreja, estos día a día
vociferan la violación y falta de libertad de expresión del régimen chavista encabezado
por el primer presidente obrero, esto nos detalla perfectamente que estaban
enterados de la acción contra el mandatario venezolano, pero tampoco ha
descuidado la oposición dejarnos con escases de alimentos utilizando su mala
distribución como metodología para realizar, cortes inesperados del servicio
eléctrico a nivel nacional para tratar de enardecer al pueblo por su
incompetencia y aumentos de bienes y servicios, entre otros.
Pero eso y mucho más son actos que
perjudican a la población venezolana, y por lo tanto, son achacados al gobierno
nacional. Es por eso que estos detalles antes mencionados, la oposición tilda a
los que trabajan para la patria inepta, incompetente e incumplidora de sus
propios ofrecimientos realizados en la campaña electoral presidencial.
El resultado de estas ofensas por parte de
la oposición venezolana coge fuerza como bumerán, es decir, que se les
devolverá con tanta fuerza que los sacaran del juego político y no habrá manera
que pueda la oposición revertir lo que el pueblo aprendió con las lecciones del
Comandante Hugo Chávez.